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Cuando suena una flauta, resuena la esperanza: arte y transformación con Guitamboreros

En Fundación Quintana creemos que la cultura no solo educa: también transforma. Y lo vivimos cada día en nuestros procesos comunitarios, donde la música se convierte en un puente hacia el crecimiento, la expresión y la conexión colectiva.

Uno de esos procesos es Guitamboreros, nuestro programa de formación artística y cultural, que hoy hace vibrar territorios con las melodías de la flauta dulce. Lo que comenzó como una clase de iniciación musical, se ha transformado en una experiencia poderosa de desarrollo emocional, social y creativo para niñas, niños y jóvenes.


La flauta como herramienta de encuentro y transformación

En cada nota, en cada ensayo, en cada mirada de orgullo al tocar una melodía, vemos florecer algo más profundo que la técnica musical. La flauta dulce se ha convertido en símbolo de esperanza, disciplina y talento, permitiendo que los participantes fortalezcan su autoestima, aprendan a trabajar en equipo y encuentren un canal para expresar lo que sienten y sueñan.

Guitamboreros no solo forma músicos: fortalece la identidad cultural, promueve la inclusión y construye espacios donde la infancia y la juventud pueden crecer sintiéndose vistas, escuchadas y valoradas.


Cultura viva en los territorios

Nuestro compromiso es seguir sembrando estos espacios donde el arte sea motor de desarrollo humano y social. Porque cuando en una comunidad suena una flauta, también resuena un mensaje claro: sí es posible transformar realidades desde la sensibilidad, la creatividad y el trabajo colectivo.

Gracias a todas las personas, docentes y familias que creen en el poder de educar con arte. Seguiremos afinando voluntades para que la música siga tocando corazones y abriendo caminos.



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