Mini expedición en El Pescado: ciencia, comunidad y monte vivo
- Daniel Henao
- 5 ago
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En Fundación Quintana creemos que para conservar primero hay que conocer. Que la relación con la naturaleza no puede imponerse desde afuera, sino construirse desde adentro: desde el territorio, la experiencia, y sobre todo, desde el vínculo entre ciencia y comunidad. Y eso fue exactamente lo que hicimos en la vereda El Pescado, en Segovia, Antioquia, con una actividad única y transformadora: un BioBlitz.
Pero, ¿qué es un BioBlitz? Es un inventario rápido de biodiversidad, una especie de expedición exprés que reúne a investigadores, biólogos y comunidad local para registrar en poco tiempo la mayor cantidad de especies posibles. Animales, plantas, huellas, sonidos... todo cuenta. Y lo más valioso: se hace con y para la comunidad.
Dos días de ciencia en botas, barro y saber compartido
Durante dos intensas jornadas nos metimos al monte, literalmente. Caminamos de día y de noche con campesinos, estudiantes, profesores ambientales y expertos en fauna silvestre, buscando ranas, serpientes, murciélagos, aves y todo ser vivo que nos ayudara a entender mejor el ecosistema del nordeste antioqueño.
Gracias a la colaboración del equipo del proyecto Grandes Rapaces Colombia, la Escuela de la Biodiversidad, y la Fundación Alianza Natural Colombia, realizamos talleres de cantos de aves, identificación de reptiles, y prácticas de captura científica con redes de niebla para estudiar murciélagos, uno de los mamíferos más importantes para la polinización y el control de plagas.
“No todos los días llegan unos locos a hablarte de serpientes y ponértelas en la mano...”— Participante del taller
Aprender para proteger
La vereda El Pescado es una zona rezagada en estudios biológicos. Por eso, este tipo de ejercicios no solo genera datos científicos valiosos, sino que acerca a las comunidades a sus propios bosques y fauna, despertando conciencia sobre la necesidad de proteger lo que se conoce y se valora.
Tuvimos incluso la fortuna de avistar grandes mamíferos —como monos en riesgo de extinción— y compartir experiencias que marcaron a niños, jóvenes y adultos por igual. Fue una experiencia que mezcló emoción, miedo, risa y aprendizaje. Una verdadera escuela viva de biodiversidad.
Juntos por la conservación con sentido local
Desde Fundación Quintana nos enorgullece haber hecho parte de este BioBlitz. Aportamos desde la articulación y el respaldo institucional, pero, sobre todo, desde nuestra convicción de que la educación ambiental no debe estar lejos del territorio, sino profundamente arraigada en él.
Gracias a todas las personas que hicieron esto posible. En especial a la comunidad de El Pescado, que nos abrió sus puertas, sus montes y su curiosidad. Pronto les contaremos más sobre los hallazgos. Porque la conservación no es solo ciencia, es también conexión, identidad y esperanza.